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Curar / Sanar ¿Qué es lo que cura? ¿Qué es lo que sana?

Curar / Sanar ¿Qué es lo que cura? ¿Qué es lo que sana?

Realizado por: Julissa María Spinoso Melo

“curar” (eliminar el síntoma de una enfermedad y devolver al cliente la salud)
“sanar” (obtener la salud del cuerpo, la mente, las emociones y el espíritu)

Hace varios años, cuando comencé mi camino -el cual creía que iba a ser corto y finito- de curación/sanación, tenía confundidos estos conceptos, los usaba indistintamente, curar=sanar, sanar=curar, me decía a mí misma: “cuando me cure…” “cuando sane…” y llenaba los puntos suspensivos con predicados como: “…ya voy a ser feliz/estar bien/dejar de sentir ansiedad, y tal vez el más significativo mi anhelo se verá satisfecho”; leía, investigaba, asistía a cursos, talleres, preguntaba a mis maestros y nada ni nadie me daba la respuesta que yo esperaba: “una fórmula mágica”, hasta que un día, uno de mis maestros me dio una respuesta que en su momento me pareció cursi, me dijo: “lo que cura es el AMOR”, al escucharlo dejé de respirar mientras pensaba “¡no puede ser tan simple!” más algo me dijo que ahí estaba la luz que me guiaría para después ir complementando esa respuesta que en su momento me pareció simple, hoy me doy cuenta cuán difícil ha sido para mí encontrar ésa simpleza, cuánto me he esforzado en hacer complicado lo que es simple y perfecto naturalmente, cuánto he desdeñado lo que me parece demasiado fácil, me doy cuenta cuánto me he alejado de lo sanador buscando la curación, sí, sanar y curar son dos verbos diferentes

Esquematizado lo pondré así:

Curar:
Aplicar a una enfermedad o lesión los remedios necesarios para que se cure.
aplicar
Poner una cosa sobre otra.?
enfermedad
Alteración de la salud.
remedio
Medio para evitar o reparar un daño

Sanar:
Restituir a uno la salud que había perdido.
restituir
Devolver a quien la tenía antes.
perder
Dejar de tener o no encontrar lo que se poseía
———————————————————————————————————-
salud
Estado en que el organismo ejerce normalmente todas sus funciones

 

!“La sanación no significa solamente que la función física (salud) vuelve a la normalidad. Una definición tan arbitraria no es posible cuando empezamos a pensar en la persona como un totalidad compuesta por la mente, la emoción y el espíritu además del cuerpo. Desde este punto de vista, la salud incluye, necesariamente, la coordinación y la congruencia de todos los aspectos del ser de uno, incluyendo las comunicaciones y las relaciones con los demás y con el ambiente. Abarca todos los aspectos de la vida; ente ellos, la dieta, el ejercicio, el trabajo, el juego y la relajación.”

EmmettE.Miller

Pensar en la sanación es pensar en un todo integrado, es tener la certeza que ahí, en lo más profundo de mi ser está “la fuerza curativa natural que habita dentro de cada uno de nosotros”(Hipócrates), que me ayudará a recuperar lo que es mío; en el momento en que tomo consciencia de esto puedo decir que he encontrado el inicio del camino, es imprescindible descubrir nuestra esencia, pareciera complejo, es sencillo (simple), Bárbara Brennan lo hizo claro para mí, dice que hagamos memoria y recordemos cuál era el anhelo de nuestra niñez, ahí está la respuesta, al saber quiénes somos realmente, lo que valoramos y por que, aclaramos el camino para la aceptación de nosotros mismos; reconectarnos con nuestras partes más profundas, conocernos de nuevo, para poder aceptarnos y apreciarnos…recuerdo entonces “el amor es lo que cura”…

Cuando me amo a mí mismo soy capaz de seguir este ciclo:

curar_sanar-2

Así es que, cuando tomo consciencia me responsabilizo, cuando me responsabilizo soy libre, al sentirme tomo consciencia ya desde otro lugar es un espiral ascendente que cada vez me acerca más a la LUZ, a la larga, con perseverancia y fé, podríamos ser bendecidos con una experiencia más plena y una apreciación de la LUZ que, aunque no directamente visible, ilumina la ventana desde otro lado. La fuente de esta LUZ es a un tiempo medio y objeto último de la sanación.

¿Y entonces…curar..?

…curar para mí es el punto de partida, pues cuando queremos curarnos es porque sabemos que tenemos “algo” que a lo mejor en el momento llama nuestra atención a través de algún síntoma físico que requiere de un remedio, por eso en mi ecuación lo escribo al inicio, porque en la sabiduría infinita de nuestra alma y en la perfección del organismo este síntoma es un foco de alerta, en mi caso comenzó con una gastritis aguda, cuando el doctor me explicó qué la originaba me hizo reflexionar acerca de mi estilo de vida en general (dieta, relaciones, diversión, etc.), me dí cuenta el mensaje que me estaba enviando a mí misma desde lo más profundo de mi ser y por fortuna lo escuché; el cuerpo nos habla constantemente, es un organismo perfecto que nos dice qué necesitamos, cuánto, de quién, en qué momento, solo hay que detenerse a escucharlo a observarlo, es parte del plan divino y su misión es regresar a la LUZ, él sabe hasta dónde va a llegar cada vez, es cuestión de dejarnos guiar, de confiar que todo lo que se nos va presentando y de lo que formamos parte es para algo, todo es enseñanza, todo es aprendizaje; cada quién sabemos qué es lo sanador para uno mismo, cada vez podemos estar más sanos, más creo que la sanidad completa se dará cuando estemos de nuevo EN LA LUZ, no antes. Recuerdo que también pregunté ¿cuándo se acaba ésto(refiriéndome al trabajo personal)? “Ésto no se acaba nunca” fue la respuesta, tuve paz, entendí en ese momento que se trataba de ir ampliando mi consciencia cada vez más, y que la sanación se trataba también de aceptación y de reconciliación; aceptar que lo que me pasó o lo que me está pasando es lo que tenía que ser para que yo pueda ir avanzando en el espiral que me conectará de nuevo con Dios; pedí entonces claridad (para ver con el corazón), fuerza para sostenerme y voluntad para continuar, sería soberbio de mi parte decir que esto lo he logrado sola, pues así como una respuesta es el AMOR, la otra que yo he encontrado es LA RELACION.

 

“La relación sanadora es importante porque posee la facultad de volver a unirnos con nuestras propias habilidades de sanación. Es una forma especial de comunicación que restaura nuestra fe en lo llamado milagroso, igual que nuestros padres nos enseñaron cómo sanaban antes las heridas con un beso reconfortante. La relación sanadora transmite amor y el interés de otros, lo cual nos da fuerza y motivo para sanar. Transmite nuestro valor como individuos. Transmite lo irracional, como también irracional es el amor. La relación sanadora revela altas expectativas para nosotros mismos, nuestros cuerpos, mentes y espíritus, y nos invita a respetarnos”.

 

Jerry Solfvin.

La relación sanadora me dignifica como ser humano y por ende, al ser seres en relación, dignifica al otro; está potencialmente ahí, donde uno acude a otro para sanar. No importa cuál sea el diagnóstico o receta, abarca el ideal hipocrático de preparar el ambiente para que tenga lugar la sanación. No se limita exclusivamente a sanadores acreditados, sino que puede ser invocada por toda persona, a través de su amor y cariño hacia otro ser humano. También existen otras características como:

Ciertas cualidades del sanador:

La empatía, manera en la que una persona puede “entrar” intuitiva y directamente en otra sin usar palabras. Rollo May.
La compasión, preocupación verdadera por el dolor de otro. Es distinta de la empatía, que requiere identificarse con otra persona y no puede estar unida a la propia búsqueda de iluminación para uno mismo. La compasión refleja el deseo de que se suprima el dolor de otra persona, no importa cuáles sean las diferencias o similitudes existentes entre el sanador y el paciente. Sin compasión, se carece de voluntad para buscar una respuesta, para estudiar el problema, para determinar la forma de tratamiento, y para continuar lo que podría ser una ardua lucha encaminada a despertar el alma del que sufre. RosalynBruyere.

No solo son importantes las cualidades personales del sanador, sino también aquellas que el cliente proyecta hacia él. Los psicoterapeutas llaman transferencia a este proceso de proyección y puede ser un factor destacado de éxito.

Expectativas positivas del cliente:

Abundantes investigaciones han demostrado la evidencia de la importancia de las expectativas. Lo que una persona espera que ocurra en la sanación es lo que, a menudo, ocurrirá, si las expectativas son lo suficientemente sólidas.

Cierta sensación de dominio:
Proporciona al paciente conocimiento sobre lo que ha de hacer en el futuro para enfrentarse a las adversidades de la vida: actitudes, técnicas de prevención, autocontrol, regímenes alimenticios, etc.

La relación es medular en el proceso de sanación, VioletOaklander propone el siguiente modelo para desarrollarla:

1. Relación yo-tú.
Encuadre, establecimiento de fronteras y límites, buscando de esta forma establecer seguridad y confianza.

2. Contacto.
Resistencias/interrupciones, cómo se “atoran”, cómo fluyen. (Se evalúa en cada sesión)

3. Funciones de contacto.
“Awareness”, llegamos a él a través de los sentidos, a través del cuerpo, buscamos desarrollar la capacidad yoica: expresar, elegir validar el sentimiento.

4. Auto-apoyo.
Expresión que fortalece el self, cuando me aclaro puedo auto-apoyarme. Ej. ¿qué puedes hacer tú para cambiarlo? ¿qué no/sí has hecho?

5. Expresión emocional.
Hablar acerca de los sentimientos, identificar la proyección de los mismos, enfrentar las emociones de traumas pasados, encontrar habilidades para expresarse.

6. Autonutrición.
Identificar introyectos para actualizar, identificar nuestra pauta-patrón: “otra vez…”

7. Ocuparse del proceso.
Principio de realidad: ¿para qué lo haces? ¿qué no has hecho?…

8. Término de relación.
Cómo se decide cuándo termina el proceso. Si el paciente es quien está decidiendo dejarlo, es importante aliarse con la resistencia de un modo empático para dejar abierta la posibilidad de que el paciente retome el proceso en otro momento, reflejándole fenomenológicamente la manera en la cual está decidiendo hacerlo: si avisó o no, si es un decisión pensada o desde el impulso, si fue porque se sintió rechazado, abandonado o presionado de alguna manera, etc.

Si la propuesta viene del terapeuta, es importante reflejarle qué sí ve que ha hecho, el avance, actualizar la imagen, te das cuenta que ahora identificas/ves/sientes/actuas… diferente a como lo hacías hace…

Encuentro útil tener un modelo, una propuesta de cómo establecer una relación, ésto también sana, y, es tomarlo como una opción más, es poner en él la intención de acompañar al otro, lo maravilloso de este encuentro es que cuando acompaño con la intención de sanar no solo es sanador para el otro, es sanador para mí mismo; al ser seres en relación estamos en un proceso vivo que nos permite ir actualizando, agregando, quitando aquello que nos es útil o ya no lo es, y es que, desde la relación, una vez establecido el vínculo…sana la palabra, sana el perfume, sana el contacto físico(con el que es importante tener cuidado sobretodo en ciertos sistemas de adaptación como el esquizo), sana la música, sana el baile, sana el grito, sana el golpe con la raqueta, y, todo empieza con querer curarme, es la punta del hilo y no es que curar(el remedio) por sí solo sea sanador, se vuelve sanador cuando puedo darme cuenta que eso que quiero curar es una pista que mi cuerpo me da para comenzar el proceso, personalmente, como dije al principio es lo que me llevó a terapia, el buscar entender cómo es que mi cuerpo me habla a través de algún síntoma, cómo es que mi cuerpo me habla, cómo es que mi cuerpo se ha vuelto un mapa que descubre ante mí cuál es el anhelo de mi alma y cómo me permite con solo ver en qué es importante ser respetuosa del otro, pues se está mostrando ante mí y ante el mundo, es poder ver al otro en toda su vulnerabilidad y trabajar en mi compasión, es aprender a relacionarme es reaprender a confiar, reaprender a ver, reaprender a hablar es un reencuentro con el otro y conmigo misma, es hacerme responsable de MI PARTE, y devolverle al otro lo que no es mío, es contactar con mi divinidad, con mi Dios interior, que me muestra el camino que he de recorrer esta vez para acercarme un poco más a él, es saber reconocer la voz que me dice “es suficiente”, “estás segura”, “puedes confiar”,”¡eres libre!”,”así como eres, eres perfecto”; ésa es mi voz interna, cuando aprendemos a escucharla también podemos identificar cuándo y cuánto nos equivocamos y podemos decir entonces “lo siento”, “por favor perdóname”, “te amo”, “gracias”, desde nuestro corazón…desde el mío quiero terminar con una parte del Nuevo Testamento que escuché hace más de un año y que vino a contestar una pregunta que me hacía en esos momentos:

Ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro de él
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 12, 12-30
Hermanos: Así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu.

El cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. Si el pie dijera: “No soy mano, entonces no formo parte del cuerpo”, ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Y si el oído dijera: “Puesto que no soy ojo, no soy del cuerpo”, ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿con qué oiríamos? Y si todo el cuerpo fuera oído, ¿con qué oleríamos? Ahora bien, Dios ha puesto los miembros del cuerpo cada uno en su lugar, según lo quiso. Si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?

Cierto que los miembros son muchos, pero el cuerpo es uno solo. El ojo no puede decirle a la mano: “No te necesito”; ni la cabeza a los pies: “Ustedes no me hacen falta”. Por el contrario, los miembros que parecen más débiles son los más necesarios. Y a los más íntimos los tratamos con mayor decoro, porque los demás no lo necesitan. Así formó Dios el cuerpo, dando más honor a los miembros que carecían de él, para que no haya división en el cuerpo y para que cada miembro se preocupe de los demás. Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; y cuando recibe honores, todos se alegran con él.

Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro de él. En la Iglesia, Dios ha puesto en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar a los profetas; en tercer lugar, a los maestros; luego, a los que hacen milagros, a los que tienen el don de curar enfermos, a los que ayudan, a los que administran, a los que tienen el don de lenguas y de interpretarlas. ¿Acaso todos son apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos el don de curar? ¿Tienen todos el don de lenguas y todos las interpretan?

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

La pregunta que me hacía constantemente y que le hacía a Dios en mis momentos de oración es ¿cuál es el camino? Hoy puedo responder el camino es el cuerpo, la respuesta está ahí, me la muestra todos los días, todo el tiempo…ahora pido LUZ, LUZ para mí y para todos los que nos encontramos en este camino para comprender cuál es la esperanza que dá, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da a los que son suyos y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros, los que confiamos en él, por la eficacia de su fuerza poderosa.
Fragmento de la carta del apóstol san Pablo a los efesios.

BIBLIOGRAFIA

• Bárbara Brenna, Manos que curan, Nueva era 1987.
• Larry Dosey, La nueva salud, Kairós, la nueva conciencia, 1989.
• VioletOaklander, El tesoro escondido, Ed. Cuatro Vientos.
•Editoriales, Periódico Reforma. (Sábado 14 de mayo de 2011)
• Primera carta del apóstol san Pablo a los corintios, Nuevo Testamento.

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