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Actitudes y herramientas humanistas necesarias para la psicoterapia corporal

Actitudes y herramientas humanistas necesarias para la psicoterapia corporal

Marilenca Bailey Jáuregui

“El encuentro cálido, subjetivo y humano de dos personas es más eficaz para facilitar el cambio que el conjunto más perfecto de técnicas”.

Carl Rogers

CONDICIONES

Una vez que tengo estable mi centramiento, es decir, cuando tengo plena consciencia presente de estar respirando por el ombligo que se cierra y abre, de estar efectuando los micro movimientos en todos los planos con la cabeza, siento mi cuerpo, me doy cuenta de mi postura, de mi sensación y sentimiento, de la calidad de mi estar. Incremento y percibo mi arraigo. Propositiva y explícitamente me reconecto con Dios y con los que me preceden, con cualquier forma de luz, y la siento que viene desde dentro y de afuera. Esto lo hago con la potencia y poder sostenidos que tiene mi intención. A partir de ese lugar, al cual estaré regresando en todo momento, podré desarrollar ciertas técnicas y habilidades humanistas y comunicarlas al cliente. La calidad y potencia de mi centramiento, arraigo e intención irán incrementando con la práctica y con el tiempo, siendo estos la cuna donde está toda posibilidad de mejorar mi trabajo, la calidad de mi estar. A partir de aquí puedo hacer un trabajo humanista profundo.

Rogers nos dice que las tres principales actitudes requisito son la empatía, capacidad de ponerme en los zapatos del otro sin juicios ni consejos, es el permitir, el respeto como la actitud-valor de considerar al otro como valioso por el simple hecho de ser humano, la aceptación o aprecio positivo incondicional como la posibilidad de aceptar al otro como lo que es de manera incondicional, aunque no esté de acuerdo con lo que hace, es tener presencia amorosa, y la congruencia, la capacidad intrapersonal de que coincidan lo que pienso y siento de mí. Comunicado hacia fuera de manera interpersonal se llama autenticidad o genuinidad. Todo esto es importante cultivarlo y tenerlo, pero más importante es comunicárselo al cliente, sino de nada sirve adentro. Para comunicarlo, tenemos muchas herramientas, y estas son algunas:

Atención: La capacidad de percibir al otro verbal y no verbalmente de manera fenomenológica (es decir sin juicios y solo con lo que está). Hay dos tipos de atención:

Atención física: La manifestación de respeto e interés hacia el otro. Contacto ocular, postura física abierta, relajación, comodidad. Acompañar con todos los sentidos.

Atención psicológica: es la discriminación y la comprensión de los mensajes internos propios y del otro. Detectar la conducta verbal y no verbal del cliente. Atender los sentimientos. Atender palabras, gestos, pausas, énfasis. Escuchar el mensaje.

CONDUCTAS

Concretización: La capacidad de comunicarnos de manera concisa, especifica, y sintética. Ir de lo general a lo particular. Preguntar de manera que vayamos a lo concreto en el trabajo, ayuda si somos concretos nosotros para modelarlo.

Sentimientos: Voz de las necesidades. Lo que aparece idealmente después del contacto con las sensaciones corporales. Los sentimientos presentes nos dirán realmente que pasa con ese tema ahora. Queremos llegar allí para acompañar, para que el cliente sepa desde ahí que quiere hacer con su tema.

Reflejos simples o de contenido: Se refieren al contenido estrictamente manifiesto de la comunicación tanto verbal como no verbal. Comunicar lo esencial del contenido manifiesto del cliente. Hacer una devolución verbal al cliente de lo que dice a nivel de contenido. Resumir y tomar la esencia, lo obvio y regresarlo. Es lo fenomenológico, solo lo que sucede aquí y ahora.

Reflejos de sentimientos: Es poner en palabras una emoción evidente para el terapeuta, que aunque el cliente no la menciona, acompaña la experiencia. Es hacer explícito el sentimiento no manifestado del todo.

Reflejos de lo no verbal: Explicarle al cliente lo que hace con su cuerpo y expresión corporal. Tono, postura, respiración, gestos, movimientos, ademanes, etc. que refuercen o contradigan el contenido verbal. El objetivo es hacer que el contacto con los sentimientos sea más profundo.

Comunicación de la empatía: Al hacer todo lo anterior ya estoy comunicando empatía al otro, le comunico que estoy con él, que lo que me dice lo percibo, siento, pienso. La empatía no tiene ninguna utilidad si no se comunica en el presente al cliente a través de las actitudes básicas, reflejos y concretizaciones que vamos haciendo. Con el tiempo se convierte en un arte.

Capacidad de retroalimentar: reflejarle al terapeuta, una vez que termino su trabajo, para que vea lo que no ve y para ayudarle, como seguir, etc. No incluye juicios de ninguna índole. Habilidad utilizada solo entre terapeutas, no con el cliente. Cuando somos capaces de hacerlo con nosotros mismos se llama auto retroalimentación.

Tendencia actualizante: capacidad innata de todo organismo vivo a desarrollar sus máximas potencialidades para sobrevivir, desarrollarse, y diversificarse. Lo que tratamos de fomentar es que tenga más voz en la vida del cliente, pegada a la sabiduría organísmica, con la que ya venimos y nadie nos puede arrebatar.

Intervención de confrontación Empática: Pregunte reflejo o comentario que dá luz a algo no visto por el cliente, que promueve consciencia y responsabilidad.

Intervenciones que promueven el movimiento de energía con técnicas corporales: Empleo de alguna técnica psicocorporal (vibración, sonido, movimiento, respiración, carga, descarga, etc.) para trabajar algún tema específico.

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